13 Historias reales de terror que no te dejarán dormir hoy en la noche
Ni mañana, ni pasado... Es más, dile adiós para siempre a tu capacidad de dormir.
1.
La señora de los besitos.
"Cuando tenía 4 ó 5 años en un baño de mi casa veía a una señora, "la
señora de los besitos", y le platicaba a mis papás de ella. Mi mamá
pensaba que era una historia que me contaba mi papá y viceversa, hasta
que se les ocurrió preguntar uno al otro qué onda con ese cuento, sólo
para orinarse de miedo al enterarse que no era invento de ninguno de
ellos. Por cierto, cuando llegaron a esa casa mi mamá se sacó de onda
porque atrás de TODAS las puertas de la casa había una postal católica o
un crucifijo. La "señora de los besitos" tenía el cabello largo y
oscuro y usaba un vestido largo, afortunadamente no me acuerdo de ella
pero ese baño siempre me dio pánico y la casa en general era rarísima,
siempre pasaban cosas muy extrañas."
Otro usuario le preguntó a
Sebastián "¿por qué la llamaban "la señora de los besitos"? A lo que él
contesto: "Mi mamá dice que cuando me preguntó le dije, como si fuera
obvio, "pues porque da besitos..."
2.
Mi hermano quiere jugar.

"Cuando tenía unos 8 años, me gustaba mucho jugar con Mega Bloks; armaba
grandes torres, para luego derrumbarlas. Una de esas veces, ya habiendo
tirado otra de mis torres, me aburrí de estar en mi cuarto y fui a
pedirle permiso a mi mamá para salir a jugar. Ella me dijo que me
dejaría una vez que recogiera los bloques que había dejado en el piso,
entonces yo me giré para regresar a mi cuarto, pero me detuve porque mi
hermano, de 5 años estaba en mi cuarto, recogiendo los juguetes por mí.
Había encendido la luz, estaba callado y se veía muy concentrado en lo
que hacía. Volteé con mi mamá otra vez, y le dije, "Ah, mi hermano ya lo
esta haciendo por mí," a lo que ella se asomó, observó mi puerta muy
desconcertada por un par de segundos, y dijo: "Ahí no hay nadie. Tu
hermano está afuera, jugando." Volví a mi cuarto y vi que, en efecto, no
había nadie; ahora la luz estaba apagada, y los juguetes seguían en el
suelo. Sí se me hizo extraño, pero decidí ignorarlo, recoger y
simplemente salir..."
3.
El muerto vino de visita.

"La parálisis del sueño es algo que me sucede desde los 14,por lo
general solo era la sensación de no poderme mover y estar consciente al
respecto.
Una de tantas veces pude escuchar como alguien entró a
mi cuarto y comenzó a abrazarme hasta lastimarme la espalda. Me asusté
mucho porque eso no era "normal" dentro de lo que ya me había pasado
antes. Empecé a tratar de soltarme pero mientras lo intentaba sentía
como, lo que sea que estaba ahí, se enojaba y me gruñía. Cuando al fin
pude moverme, sentí un escalofrío en todo mi cuerpo y me dolía muchísimo
la espalda. Aún tengo parálisis del sueño y no he tenido una
experiencia igual a esa, sigo tratando de entender qué sucedió esa
ocasión..."
4.
El perro juguetón.

"La noche del sábado pasado desperté en la madrugada porque mi perrito
se había subido a mi cama y me estaba lamiendo la cara, me lamía y hacía
sonidos de lamentos, de tristeza como cuando pide comida o algo así .
Le dije: "¿qué quieres, mi chiquito?" Pero al encender la lámpara de
noche, me di cuenta que mi perrito no estaba en mi cuarto. Mi perrito
dormía muy placenteramente en su camita, en la cocina..."
5.
El niño y el tren.

"Hace unas semanas, unas amigas, nuestros hijos y yo, estuvimos a punto
de tener un accidente de auto en las vías del tren que pasa cerca de mi
casa. Pasado el susto unas semanas después, caminaba por la calle
principal de mi colonia mientras enviaba notas de voz por WhatsApp a
esas amigas, en ese momento iba pasando el tren. Me dio por escuchar lo
que les había enviado y claramente se escucha un niño gritando momentos
antes de que pite el tren en dos ocasiones diferentes, y en ambas se
escucha justo antes de que lo haga, como advirtiendo. No había ningún
niño alrededor de la calle en ese momento..."
6.
El bebé que no dejaba de llorar.

Tuve mi tercer hijo y todo iba bien hasta que cumplió tres semanas de
nacido. Empezó a vomitar mucho cada vez que le daba su leche. Paso una
semana así y lo lleve al doctor quien le dio una medicina para controlar
el problema. Regresamos a casa y me quedé despierta, preocupada y
pensando mucho en mi bebé. Eran como las 2 a.m. y me puse lavar y secar
ropa. De repente escuché niños llorando pero el bebé estaba en su cunita
y en los cuartos de los niños, nada... todos bien dormidos. Regresé a
la sala cuando lo escuché otra vez, y le pregunté a mi esposo, quien
estaba en el mismo cuarto con el bebé que si había llorado el niño, él
contestó que no. Me quedé entre el pasillo de la casa donde están los
cuartos de los niños para ver qué estaba pasando. En eso escuché a una
mujer llorando en la sala, lo hacía con mucha tristeza y desesperación.
Me quedé totalmente fría y paralizada en el pasillo, pero algo dentro de
mi me dijo que llevará al niño al hospital. Ya eran casi las 4 a.m. Me
lo llevé y le hicieron exámenes pero cuando el doctor llegó con los
resultados me dijo que tenían que llevarlo a otro hospital a hacerle un
cirugía en la panza. Y que si hubiera esperado más tiempo él hubiera
muerto. No sé qué estaba pasando en mi casa pero mi mamá dice que era un
ángel avisándome..."
7.
El monje chino.

"Cuando vivía en China, una vez me enoje muchísimo con mi ahora ex. Me
salí de los departamentos donde viva y me fui a caminar a una montaña
cercana que tenia una especie de templo en la parte más alta. Siempre
iba a ese lugar a olvidarme de todo, porque nunca había gente y la vista
era hermosa. Ese día ya era de noche y no se veía nada, pero no sabia a
dónde más ir a llorar, así que con la luz de mi celular recorrí toda la
montaña hasta que llegue al templo. Me acurruqué en una banca de madera
muy vieja y llore hasta quedarme dormida. Entre sueños escuché los
pasos de alguien entrando al templo, y sentí como se sentó a mis pies en
la misma banca y puso su mano en mis pies. Apenada me paré de golpe
para disculparme por haberme dormido allí, pero al incorporarme no había
nadie. Nunca he sentido tanto miedo y tanta paz al mismo tiempo.
Después de contarle la historia a mis amigos chinos me dijeron que nadie
subía allí por esa misma razón..."
8.
Eran las 2:46 a.m.

"Desperté hace poco en medio de la noche. Todo estaba tranquilo, mis
perros dormían y no entendí por qué me había despertado de repente. En
ese momento vi una silueta parada junto a mi cama, no era una silueta
negra como siempre se cuenta, ésta estaba hecha de pequeñas "grecas" que
se movían formando una silueta humana. Parpadeé confundida, creí que
eran mis ojos que se acababan de despertar, pero la silueta continuaba
moviéndose por dentro. Pasaron algunos minutos y la silueta no hacía
nada más que mantenerse fija frente a mi, así que busqué mi celular para
iluminar mejor y cuando lo encontré, la silueta ya había desaparecido.
Hasta la fecha no tengo la menor idea de qué fue lo que pasó, pero estoy
segura de que estaba completamente despierta. Eran las 2:46 a.m..."
9.
La Llorona.

"La casa de mis abuelos paternos no es muy grande, pero los patios sí lo
eran, en especial el de atrás porque mis tenían una mini granja para
uso personal. Detrás de eso estaba la construcción en obra negra de casa
de una de mis tías y luego un plantío de magueyes de mi abuelo. En esa
zona tenía un baño viejito de madera, donde todo iba a dar a un
riachuelo que pasa por atrás. Ahí estábamos mis primos, mis hermanos y
yo, éramos como ocho personas de entre 7 y 16 años jugando entre los
magueyes. En eso me dieron ganas de hacer del baño, la puerta no cerraba
bien así que mis primos estaban sosteniéndola, cuando estaba lista para
salir del baño el ruido de risas y juegos se detuvo en seco por un
grito aterrador. Me congelé, todos salieron corriendo y aún se oía ese
horrible grito. Cuando al fin pude moverme empujé la puerta para salir
corriendo pero entré en pánico cuando vi que la puerta no abría por más
que la empujara, no tenía pestillo ni nada pero no abría. Sólo habían
pasado como 5 segundos y el grito seguía escuchándose, sentí un frío
aterrador desde mi espalda que atravesó mi pecho y cubrió todo mi cuerpo
mientras yo pegaba en la puerta, la empujaba y gritaba, pensé que me
iba a morir ahí. Cuando al fin pude abrir la puerta y salir corriendo
llegué hasta el patio y encontré a todos mis primos pálidos, algunos
lloraban pero yo sólo sentía un nudo en el pecho. Ese grito dejó de
escucharse, nos asomamos al pasillo que nos llevaba hasta los magueyes y
vimos una silueta blanca flotando en el arrollo, siguiendo el curso del
agua. El abuelo nos dijo más tarde que esa había sido La Llorona y que
él ya la había visto y oído. Nos advirtió que no dejáramos que nos viera
de frente o podríamos morir del susto. Nunca volvimos a jugar en esa
zona..."
10.
Una mano grande y rasposa...

"Un día cuando tenía unos 16 años y estaba con mi familia terminando de
cenar, todos se quedaron en el comedor pero yo quise subir a ver la
tele. Cuando iba subiendo las escaleras sentí una mano enorme y rasposa
que me jaló del tobillo e hizo que me cayera. Grité y todos vinieron, yo
estaba llorando como loca, mi papá buscó por todos lados y no había
nada. Nos subimos al cuarto y de la puerta se veía hacía la calle, en la
esquina vi una mujer joven con una bata blanca y con el cabello largo y
rizado pero no se le veían los pies, era como si estuviera flotando.
Pegué un grito de terror, no sabía qué pasaba pero mi hermana mayor
corrió, me abrazo y me dijo que ella también la había visto. Me quedé
dormida llorando. 12 años después sigo subiendo las escaleras de mi casa
corriendo..."
11.
El abrazo final.

"Cuando vivía en mi ciudad natal me mudé de casa unas cinco veces antes
de terminar en un lugar permanente. Una de esas casas tenía dos pisos y
yo era la única que dormía en el cuarto de abajo. Una noche mi perro
empezó a ladrar y se metió corriendo a mi cuarto, le ladraba a la puerta
y no se le quería acercar para nada, me saqué de onda y revisé, pero no
había nadie, así que decidí dormir. Momentos después me desperté
sintiéndome incómoda, extraña y, sin motivo alguno, empecé a sentir
mucho miedo. Me acurruqué de lado intentando dormir cuando, de pronto,
sentí a alguien abrazándome y no podía moverme ni gritar. Sólo cerré los
ojos muy fuerte y pensé en todos los rezos que me se hasta que me quedé
dormida. Nunca supe quién me abrazó o que fue lo que pasó..."
12.
El esposo fantasma.

"Mi prima tuvo un bebé y a los pocos días su esposo tuvo que irse de
viaje, así que mi hermana y yo fuimos a su casa para que no estuviera
sola. Eran como las 9 de la noche, estábamos las tres viendo la tele en
la habitación de arriba cuando empezamos a escuchar pasos en la planta
de abajo. Alguien abría la puerta de la cocina y azotaba la puerta del
baño. Pensamos que el esposo de mi prima había regresado antes, así que
bajamos, pero no había nadie. Volvimos a la habitación pero seguimos
escuchando los ruidos. Esperamos en silencio hasta que llegaron mis tíos
y nunca supimos quien había sido..."
13.
Un silbido aterrador.

"Un día estaba haciendo tarea en la cocina en la madrugada cuando algo
raro ocurrió. Escuché el grito de un señor, no entendí lo que dijo y
pensé que tal vez era algún borracho de la calle así que lo ignoré. Pasó
un rato y empecé a escuchar a lo lejos un silbido que entonaba una
melodía que no había escuchado antes, lo volví a ignorar pensando que
quizá venia de la calle o de la casa de mis vecinos, pero empecé a
escucharlo cada vez más cerca. Traté de no prestarle mucha atención, no
era la primera vez que pasaban cosas rara en esa casa, pero el silbido
se acercaba cada vez más. De pronto se detuvo y lo siguiente que escuché
fue que abrieron la puerta para bajar las escaleras y unos pasos
pesados como los de un hombre que traía botas. Regresó el silencio y
cuando me tranquilicé, escuché el mismo silbido cerca de mi oído y una
mano estaba recargada en mi hombro, me paralicé del miedo que sentí y
cuando reaccioné sólo pude llamar a mi papá que fue corriendo con
preocupación hacia mi. Le conté lo que había pasado y fue a inspeccionar
la puerta conmigo, estaba abierta pero esa puerta nunca estaba abierta,
la cerró y cuando íbamos bajando vio que en el escalón había una huella
de un animal y me dijo que me fuera a dormir. Ya no he vuelto a
escuchar ese silbido inolvidable, pero la mano me dejo un recuerdo, cada
que volteo a mi hombro siento que la veo aunque sé que no es real..."
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